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Batallando en Nueva York

Gran día defensivo no fue suficiente, la ofensiva y Lindley no pudieron funcionar en la derrota 7-6 contra Jets

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El esquinero Patrick Peterson realiza una intercepción por encima del receptor de los Jets Chaz Schilens durante la derrota 7-6 contra Jets.


NEW YORK – La historia parecía que se escribiría por si sola, con el ex jugador de los Jets Kerry Rhodes convertido en una amenaza a la defensiva ante su ex equipo y los Cardenales aprovechando eso como un trampolín para romper su racha de derrotas.

Sin embargo, la historia terminó similar a muchas que los Cardenales han tenido que vivir recientemente. La defensa dominando por su lado, causando pérdidas de balón e incluso forzando a los Jets a cambiar de mariscal de campo. Pero la ofensiva de los Cardenales no pudo mantener el ritmo, padeciendo una frustrante derrota 7-6 en el estadio MetLife.

El entrenador Ken Whisenhunt señaló un par de veces que no estaba tratando de "señalar personas o encontrar fallas" en su equipo. Eso debería ser importante dada la encrucijada en la cual se encuentran los Cardenales.

Eso no quiere decir que sea fácil.

"Estamos tratando. Estamos tratando," dijo en voz baja el linebacker Daryl Washington luego de la octava derrota consecutiva. "¿A dónde vas después de esto? tratamos de mantener una actitud positiva."

El mariscal de campo novato Ryan Lindley no jugó bien en su segundo partido como titular. Completó 10-de-31 pases para 72 yardas, y aunque esta vez lanzó solo una intercepción y fue capturado solamente dos veces, los Cardenales se estancaron casi todo el partido. Los Cardenales terminaron sin una conversión en tercera oportunidad en 15 intentos.

Los problemas fueron todos ofensivos, dijo Whisenhunt, señalando que no solo Lindley lanzó pases deficientes, sino que los receptores en ocasiones corrieron las rutas equivocadas. Remplazar a Lindley durante el juego con John Skelton fue considerado, dijo Whisenhunt, pero decidió no hacerlo.

"Siempre haces lo que piensas que te ofrece la mejor oportunidad," dijo Whisenhunt. "Eso es lo que hicimos."

Sin embargo, no fue lo suficiente para conseguirlo. Rhodes ya era el mejor jugador del partido con dos intercepciones al inicio, y luego forzó un balón suelto en el cuarto periodo que fue recuperado por Washington en la yarda35 de Nueva York y con todo y eso los Cardenales (4-8) cayeron, 7-3.

Lindley generó uno de los pocos primeros y diez de los Cardenales, con un pase de 16 yardas a Michael Floyd, y los Cardenales parecían estar por fin acercándose para lograr un touchdown. Pero la trayectoria no fue más allá, y en tercera oportunidad los Jets (5-7) arremetieron contra Lindley que tenia a Larry Fitzgerald quebrándose hacia la banda desmarcado para un pase que habría sido un primero y diez.

En vez de eso, como ha ocurrido tantas veces con Fitzgerald, el balón estuvo fuera de su alcance. Los Cardenales patearon un gol de campo, pero no pudieron conseguir nunca otra posesión.

Fitzgerald, que no tuvo ni una sola atrapada después de una recepción de 23 yardas en el primer pase de los Cardenales durante el partido, no dijo que el domingo que no podia haber sido peor para la ofensiva, pero su frustración era evidente.

"La batalla está batallando," dijo Fitzgerald. "Ha sido una batalla de ocho semanas."

Los Jets no fueron mucho mejor ofensivamente. El mariscal de campo titular Mark Sánchez fue enviado a la banca luego de lanzar tres intercepciones en la primera mitad – una fue de Patrick Peterson, además de las dos de Rhodes – y completó solamente 10-de-21 pases para 97 yardas. Greg McElroy entró, y dirigió una trayectoria para touchdown coronada por su pase de una yarda al ala cerrada Jeff Cumberland en esa primera posesión. Pero no fue que los defensores de los Cardenales restaran importancia a la idea de que McElroy haría esa gran una diferencia.

"En lo absoluto," dijo Peterson. "Creo que teníamos una idea bastante clara de lo que ellos quería hacer y cómo querían hacerlo. Creo que tuvimos un gran plan de juego. Sólo queremos seguir colocando a nuestra ofensiva en una buena posición de campo. Esperando que podamos terminar con siete puntos en lugar de tres. Pero eso (goles de campo) es lo que obtenemos."

Lo que marcó la diferencia más grande en el partido fue el juego terrestre de Shonn Greene y Bilal Powell, quienes se combinaron para 162 yardas por tierra. Los Cardenales sólo consiguieron correr para 81 yardas, y 40 de ellas las obtuvo el safety Rashad Johnson en una patada de despeje de engaño.

La defensiva de los Cardenales hizo demasiado, aunque – "Es una pena que no hayamos podido conseguir una victoria después de la manera como con jugó la defensiva," dijo Whisenhunt – y podrían haber conseguido una cuarta intercepción de parte del safety James Sanders en la parte final si esta no hubiera sido revocada debido a una falta por contacto ilegal del esquinero Greg Toler.

"Cada vez que nuestra ofensiva no puede convertir en tercera oportunidad, es difícil para nosotros," dijo Rhodes. "Tenemos regresar otra vez. Es un juego de equipo. Tenemos que salir y pelear."

Los Cardenales terminaron con cinco primeros y diez en el partido y 22 yardas en la segunda mitad. Lindley dijo que no podía estar preocupado por la posibilidad de que lo sacaran del partido porque estaba preocupado por tratar de componer lo que estaba mal con la ofensiva.

"Las oportunidades estaban ahí," dijo Lindley. "Tengo que aprovechar."

Reconocer que la defensiva jugó tan bien por su lado generando sus propios problemas "sal en la herida," añadió Lindley. "La defensiva a jugado a máxima intensidad todo el año."

Dijo el ala cerrada Rob Housler, cuyas cuatro recepciones (para 15 yardas) fue lo mejor de los Cardenales: "Vemos la sobresaliente defensiva y tenemos que inspirarnos con eso. Tenemos que hacer un mejor trabajo para capitalizar."

Los jugadores tenían muchas dificultades para responder a las preguntas la noche del domingo. Incluso el primer comentario de Fitzgerald fue "no hay palabras" para describir lo que está sucediendo.

Fitzgerald intentó reír y sonrió, pero la reacción fue desprovista de alegría.

"Hay que reír para no llorar," dijo.

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