Deone Bucannon llegó en el momento perfecto, hace dos años, cuando Daryl Washington fue suspendido y Cardenales buscaban a alguien veloz, más alto y delgado para jugar en la caja — como apoyador — que la mayoría de los apoyadores. Por lo que eligieron con su selección de primera ronda, un profundo, y en dos temporadas Bucannon no sólo lo ha hecho bien, sino que además ha redefinido de cierto modo lo que significa ser un séptimo defensor frontal en esta liga.

Sin embargo, Bucannon no es una pieza asilada. No en Cardenales. Conforme el coordinador defensivo James Bettcher continúa constituyendo la defensiva, cualquier pregunta sobre cómo Cardenales quieren alinearse se destaca no sólo con Bucannon jugando su posición sino también porque cuando Cardenales van con el segundo cuadro, es el profundo Chris Clemons que desempeña la función de Bucannon — no es un apoyador el que toma ese lugar.

Clemons, con estatura de 6 pies 1 pulgada y 215 libras de peso es similar a un Bucannon con 6-1 y 220 libras, y quien ha estado por estos entornos el último par de temporadas. Fue puesto en libertad a principios de la temporada pasada después de lesionarse, regresó al final cuando restaban dos partidos por jugarse y luego jugó en la postemporada.

El lugar donde se encuentran los jugadores durante la temporada baja no es necesariamente permanente — si recordamos, la pasada temporada baja, Bucannon jugó como genuino profundo la mayor parte del tiempo y Tyrann Mathieu era en realidad el respaldo — aunque de nuevo, se trata de que tanto Bettcher y Cardenales gustan de su versatilidad defensiva, especialmente en la secundaria. Les gustan los profundos que pueden jugar esquinero, de ser necesario (Mathieu, Marqui Christian, Tyvon Branch) y les gustan los profundos que se pueden bajar a la caja. O en el caso de Bucannon, permanecer en la caja.