El ala cerrada novato D.C. Jefferson trabaja su técnica de bloqueo en un entrenamiento durante el Festival para Aficionados en el Estadio University of Phoenix Stadium.
El dĂa en que fue reclutado por los Cardenales, se le preguntĂł al ala cerrada DC Jefferson â otrora fenomenal mariscal de campo de escuela secundaria â si podĂa jugar como mariscal de campo en una formaciĂłn "wildcat."
"Puedo jugar cualquier "cat"," dijo Jefferson sin expresiĂłn.
El extrovertido y bien-cotizado Jefferson naciĂł para ser un mariscal de campo. TenĂa la talla (6 pies 6 pulgadas, 255 libras) y las habilidades, despuĂ©s de haber brillado detrĂĄs del centro toda su vida. Incluso se ganĂł su apodo. D.C. no es una referencia a su nombre propio, sino una cumplido a su similitud futbolĂstica con el ex mariscal de campo de los Vikingos Daunte Culpepper. (Su nombre de pila es Lequan Darrell Jefferson.)
AsĂ que cuando saliĂł de la escena de la escuela secundaria en la Florida considerĂł alrededor de 50 becas antes de aceptar finalmente el ofrecimiento de Rutgers, "Yo sabĂa, yo sabĂa" el estrellato como mariscal de campo estaba en su futuro.
Un par de años mĂĄs tarde, Jefferson se sentĂł con el entrenador de  Rutgers Greg Schiano â ahora entrenador de los Bucaneros de Tampa Bay â tan sĂłlo dos semanas antes de que su temporada "redshirt" como estudiante de segundo año iniciara y tuvo que escuchar que ser mariscal de campo en realidad no era su futuro. Ala cerrada si lo era. Fue difĂcil incluso para el siempre brillante Jefferson absorber ese momento.
"Fue probablemente la situaciĂłn mĂĄs difĂcil de mi vida," dijo Jefferson, selecciĂłn de sĂ©ptima ronda de los Cardenales en Abril. "Pero siempre me enfoquĂ© en lo positivo. SabĂa que querĂa llegar a la NFL y que el objetivo no se habĂa ido. Simplemente no iba a estar en la posiciĂłn que querĂa o pensaba que estarĂa. Sin embargo aprovechĂ© la oportunidad de llegar a la NFL y con todo y todo hacerlo divertido. Simplemente no fue como mariscal de campo."
En una sola movida, Jefferson recibiĂł Â "tremendo golpe al estĂłmago y fue lanzado al fuego." SabĂa muy poco sobre como jugar la posiciĂłn de ala cerrada. Pasar de cinco y siete pasos hacia atrĂĄs a ejecutar rutas y estrellarse contra los apoyadores como bloqueador no era exactamente una transiciĂłn natural.
Jefferson enfrentĂł el movimiento con entusiasmo. La NFL lo encontrarĂa si era lo suficientemente bueno. Estaba seguro de esto.
Estaba de ala cerrada titular poco despuĂ©s del cambio. Se desarrollĂł como un bloqueador sĂłlido aunque sus nĂșmeros como receptor â 47 atrapadas en 43 partidos como titular en su carrera â no mueven necesariamente la aguja. Los Cardenales tienen la esperanza de que eso pueda cambiar, sin embargo con el atrapa-pases de Rob Housler en la alineaciĂłn, un ala cerrada bloqueador joven es probablemente una necesidad mayor.
"(D.C.) sigue creciendo y todavĂa tiene que madurar mĂĄs en su posiciĂłn," dijo el entrenador de alas cerradas Rick Christophel. "Tiene algunas habilidades atlĂ©ticas innatas. Espero que podamos sacar provecho de eso y conseguir que sea el jugador que pensamos que puede ser."
De la misma manera que Jefferson estuvo seguro alguna vez que iba a encontrar la manera de tener Ă©xito a pesar de haber sido cambiado de posiciĂłn, Ă©l acarreĂł consigo la confianza de que lograrĂa ese salto. El hombre que puede ser amigo de quien sea cualquier dĂa â son sus palabras â no carece de alegrĂa ya sea en el futbol o en la vida. Eso tiende a tener una influencia positiva en su trabajo.
"Soy un ala cerrada en vĂas de desarrollo en la bĂșsqueda de los pequeños detalles para ser grande," dijo Jefferson. "EstĂĄ ahĂ. Lo tengo. Pero no he recorrido todo ese camino.
"Cada año realizo un cambio, nunca me quedo igual. ÂżCĂłmo podrĂa mantenerme sin avanzar cuando tengo a (Larry) Fitzgerald ahĂ mismo, y la mitad de mi juego es atrapar el balĂłn? Voy a aprovechar eso. Dondequiera que voy muestro disposiciĂłn y aprendo de los individuos a mi alrededor."
Jefferson sonrĂo cuando le comentaron que un aficionado sugiriĂł durante el draft que los Cardenales lo seleccionaron no por ser un ala cerrada, sino como una opciĂłn secreta para mariscal de campo en el futuro. "Soy un futuro ala cerrada," dijo Jefferson. "Estoy bastante seguro. Bastante seguro."
Luego Jefferson hizo una dramĂĄtica pausa.
"Pero," subrayĂł, "tercera oportunidad, en la lĂnea de meta, una escabullida del mariscal de campo. ÂĄBoom! Conozco todo esto, amigo. Como la palma de mi mano. SĂłlo ponme ahĂ. ÂżQuiĂ©n me asusta? Nadie. Todos sangramos igual."
La sonrisa no desvanece. En algĂșn lugar ahĂ dentro, el mariscal de campo aĂșn vive, incluso si estĂĄ jugando como ala cerrada los domingos.












