ÂżRecuerda la reestructuraciĂłn de contrato que Carson Palmer comentĂł recientemente habĂa concedido, sĂłlo para aclarar que no se habĂa finalizado aĂșn? Pues bien, eso se concretĂł oficialmente el jueves.
A Palmer se le debĂa un bono por permanecer en el plantel de $9.5 millones, y se convirtiĂł en una bonificaciĂłn por firmar. Lo que significa es que el dinero de la bonificaciĂłn puede ser prorrateado durante la vigencia de su contrato actual, disminuyendo su cifra contra el tope salarial a $7.1 millones (despejando ese espacio para Cardenales.) Esa es una gran ayuda en el intento por maniobrar a travĂ©s de la agencia libre. Su cifra contra el tope salarial para el 2015 se redujo de mĂĄs de $14 millones a $7.4 millones.
(Esta es la reestructuraciĂłn clĂĄsica en la NFL en oposiciĂłn a cualquier reducciĂłn salarial; de tal manera que Palmer no se ve impactado de ninguna manera. Palmer recibirĂĄ todo el dinero que estaba programado para recibir de cualquier manera. Es sĂłlo la manera como los Cardenales administran su espacio en el tope salarial.)
Por supuesto, eso tambiĂ©n significa que el resto de esa bonificaciĂłn prorrateada infla sus futuras cifras contra el tope salarial. Palmer tiene ahora una cifra contra el tope de $19 millones para el 2016 y $22.7 millones en el 2017 (incluyendo algo de dinero muerto muy pesado si por alguna razĂłn no estĂĄ jugando.) Eso serĂĄ algo que el gerente general Steve Keim tendrĂĄ que tratar en algĂșn momento, cualquiera lo pensarĂa. A corto plazo, sin embargo, los Cardenales tienen mĂĄs flexibilidad en este momento, sobre todo despuĂ©s de recortar al centro Lyle Sendlein generando otros $3 millones de espacio en el tope salarial. No hay manera de saber cuĂĄnto espacio tienen actualmente, pero los movimientos Palmer/Sendlein solamente liberaron alrededor de $10 millones para que Keim continĂșe reorganizando su plantel.












