Tempe, Az.- El 2 de octubre de 2005, el Estadio Azteca fue testigo de un capítulo que cambió la historia de la NFL. Por primera vez, la liga decidió llevar un partido de temporada regular fuera de los Estados Unidos y eligió a la Ciudad de México como sede. Esa tarde los Arizona Cardinals enfrentaron a los San Francisco 49ers frente a más de 100 mil aficionados que llenaron el Azteca con pasión, energía y un ambiente inigualable. Fue una noche en la que no solo se disputó un partido, se escribió historia.
Para los Cardinals, aquel día marcó el inicio de un vínculo que con el paso de los años se ha fortalecido. Entre los protagonistas estuvo Rolando Cantú, quien abrió una puerta que hasta entonces parecía imposible. Su presencia y lo que vino después lo convirtieron en símbolo de orgullo y en embajador natural entre la franquicia y la afición mexicana. Desde ese instante los Cardinals comenzaron un camino de crecimiento y cercanía que no se ha detenido.

Lo que comenzó con un partido hoy se refleja en una relación sólida. Transmisiones de radio que cada fin de semana llegan a miles de hogares mexicanos, campamentos infantiles que enseñan el valor del futbol americano a nuevas generaciones, visitas de jugadores activos del roster que año con año cruzan la frontera para convivir con los fans y compartir su pasión, y un compromiso permanente que en 2022 llevó de regreso a los Cardinals al Estadio Azteca para enfrentar nuevamente a San Francisco en un ambiente igual de electrizante que aquel de 2005.

El departamento internacional de los Cardinals es hoy un testimonio de lo mucho que ha crecido esta relación. Lo que hace dos décadas parecía un experimento aislado se transformó en una tradición viva y en un puente que une culturas a través del deporte. Cada visita, cada campamento y cada transmisión es una muestra de que la semilla sembrada aquella noche en la Ciudad de México floreció con fuerza.
Para mí, como voz oficial en español de los Arizona Cardinals, es un orgullo formar parte de esta historia. En 2022 tuve la oportunidad de vivir un sueño narrando en el Estadio Azteca y compartir con los aficionados mexicanos un momento que quedará para siempre en mi memoria. Haber sido testigo de cerca de la pasión que despierta este equipo en México me confirma que la conexión entre los Cardinals y la afición mexicana es única y seguirá creciendo.
A veinte años de distancia, lo más valioso no son solo los logros de la organización ni los hitos alcanzados, sino la pasión de los aficionados. Ustedes han hecho que el corazón cardenal lata fuerte en México y que cada vez que los Cardinals pisan suelo azteca se sienta como estar en casa. Esa conexión nació en 2005 y sigue creciendo porque, más allá del marcador o del resultado, lo que permanece es el lazo entre un equipo y su gente. Gracias a ustedes esta historia continúa y el futuro promete capítulos aún más grandes.
