Glendale, AZ. —Un partido que terminó en derrota, sí, pero que dejó mucho más que un marcador adverso. Y lo digo en serio, porque aunque San Francisco nos pasó por encima en algunos momentos, hubo destellos, cosas que te hacen pensar: "Esto no se ha acabado".
El marcador no nos favoreció, pero este partido dejó una historia que vale la pena contar. Jacoby Brissett fue, sin duda, el protagonista de la noche. Completó 47 pases, un récord histórico en la NFL para un juego de temporada regular. 47 de 57 intentos. Sumó 452 yardas, lanzó 2 touchdowns y también sufrió 2 intercepciones. No fue perfecto, pero sí memorable. Se plantó con temple, distribuyó el balón con confianza y dejó claro que este equipo todavía tiene espíritu.
Michael Wilson también brilló como nunca. 15 recepciones, 185 yardas. No anotó, pero se convirtió en el alma ofensiva del equipo. Cada atrapada suya era un "aquí estoy", una señal de que está listo para asumir un rol más grande. Wilson fue explosivo, un dolor de cabeza para los defensivos rivales.
Pero no todo fue celebración. 17 castigos. 120 yardas regaladas en pañuelos. Eso duele más que cualquier touchdown rival. Y Jonathan Gannon lo dijo claro, con la sinceridad de quien sabe que aquí hay cosas que mejorar: "Soy un entrenador enfocado en la defensiva. Y esto no es aceptable. No puedes ganar cuando permites tantos puntos. No importa cómo llegas ahí, hay que pararse, defender mejor y evitar que sumen puntos".
Ahí está el punto. Aunque hubo garra, talento y corazón… también hubo errores que nos frenaron. Castigos mentales, falta de disciplina, momentos que se nos escaparon entre los dedos. Pero incluso en esa frustración se nota algo importante: el equipo está peleando. No baja la cabeza. No se rinde.
Y lo mejor es que la historia no termina aquí. El próximo domingo recibimos a los Jaguars en casa. Una oportunidad para corregir, aprender y demostrar que este equipo está más vivo que nunca. Será un juego clave, un encuentro para ver qué tanto se puede construir después del golpe.
Perdimos, sí. Pero también hicimos historia. Y a veces, así comienzan las grandes hazañas.
Rise up, Red Sea... seguimos adelante.
