Bruce Arians tuvo un mal año con relación a su salud en 2016. Hubo un susto en San Diego durante la pretemporada (Arians tuvo diverticulitis), posteriormente se presentó otro examen en un hospital debido a un “malestar” a finales de Noviembre. Ahora, en su nuevo libro publicado el martes titulado “The Quarterback Whisperer,” Arians reconoce que hubo un tercer problema de salud que tuvo que ser atendido después de la temporada.
Arians escribe que salió a cenar con su esposa, Chris, en Diciembre, cuando recibió una llamada de su médico. Arians acababa de visitar al médico para revisarse una hernia, y un ultrasonido reveló un pequeño punto en su riñón — carcinoma de células renales. Sorprendentemente, Arians entrenó lo que restaba de la temporada antes de someterse en Febrero a una cirugía para extirpar una "pequeña porción" del riñón.
"Ahora me siento genial," escribe Arians. "Mi energía está de regreso. Me han dicho que de nuevo estoy libre del cáncer. Estoy listo para al menos una temporada más de futbol en la NFL, o tal vez más."
Arians tuvo que lidiar con una enorme angustia durante ese tiempo. Tanto su cuñado como su antiguo agente fallecieron por cáncer. Arians también tiene historia con la enfermedad. Batalló contra el cáncer de próstata en 2007, y se le tuvieron que remover algunas células cancerígenas de la nariz mientras realizaba sus primeros trabajos de verano con Cardenales en 2013.
"Ahora me doy cuenta que no hay nada garantizado en la vida," escribe Arians. "Cada día precisa disfrutarse y celebrarse al máximo. Las rosas deben ser olidas, las puestas de sol saboreadas, y el tiempo con la familia valorado. De hoy en adelante, quiero ser un faro de esperanza para otros que luchan contra el cáncer. Mi lucha es su lucha. No estoy entrenando para mí en 2017; Estoy entrenando para todos los que están lidiando contra el cáncer. Este es mi encargo."
