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Impulsado Por La Desilusión

Marshay Green planea convertir la decepción del draft en una carrera dentro de la NFL

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El esquinero Marshay Green corriendo el lunes por la mañana en las instalaciones de los Cardenales en Tempe con sus compañeros novatos no seleccionados en el draft.




La temperatura ciertamente no es de 100 grados – aún – pero el sol pega directamente y las corridas a velocidad parece que no terminaran nunca.

El esfuerzo de Marshay Green no disminuye en el calor.  Vestido con una camiseta negra pegada al tórax y unos ajustados pantaloncillos blancos, el esquinero novato no seleccionado en el draft da la impresión de estar entrenando más para las Olimpiadas que para jugar futbol.

Efectivamente él no está pensando en nada que no sea futbol.

"Campamento."

"Campamento."

"Campamento."

Esa es la palabra que resuena en el cerebro de Green, y se repite mientras corre. El sudar ahora significa una mejor oportunidad en Flagstaff. Él sufrió ya una decepción. Él no desea que suceda otra vez.   

Green no es el primer jugador colegial que no es elegido en el draft, no es el primero en batallar tratando de entender por qué. Pero pocos son decepcionados de la manera en que Green lo fue y terminar "deprimido" luego de que su nombre no fue mencionado, a tal grado que no pudo conciliar el sueño esa noche.

"Fue muy difícil para mi," explicó Green. "Ese fue el peor día de mi vida al menos en lo que se refiere a lo deportivo."

Tú consigues una plusmarca estatal de 98 touchdowns como estrella de la preparatoria en Luisiana luego te conviertes en una estrella de la secundaria y por consecuencia asistes al Combinado para Analistas de Talento de la NFL, es fácil entender por qué tú no estarías pensando que serías seleccionado en el draft.    

(Mas fácil que entender los orígenes de su nombre. El nombre de pila de Green es Marcus pero su abuela lo llamó Marshay por alguna razón, y, bueno, la Abuela  tiene la última palabra.)

Green mide 5 pies 9 pulgadas, originalmente un recibidor en la Universidad de Mississippi antes de convertirse en esquinero después de dos temporadas. Él no cuenta con la estatura prototípica y sabe que esa es una razón de peso para su decepción el día del draft. Sus números no eran espectaculares – dos intercepciones en dos años – pero fue consistente.  

Además puede regresar patadas de despeje (9.9 yardas de promedio en sus 93 regresos en el colegio) y, para un esquinero con capacidad de regresar patadas de entrega hay un puesto disponible con los Cardenales. Esas necesidades son por las que Green decidió firmar con los Cardenales aún sorprendido de no haber sido seleccionado en el draft.

Con 86 jugadores en la lista (seis deberán ser recortados para hacer espacio cuando los seleccionados en el draft firmen sus acuerdos), hay muchos obstáculos que sortear de aquí a Septiembre. Él ha acaparado la atención de algunos con sus habilidades. Él es muy similar palmo a palmo con su compañero el esquinero no seleccionado en el draft A.J Jefferson, que cuenta con una estatura más ideal (6 pies).  

No será la estatura la que destruya las posibilidades de Green en Arizona de cualquier manera. Green puede voltear unos casilleros adelante y ver a un compañero como le esquinero Michael Adams, quien ingresó con su estructura de 5 pies 8 pulgadas a la escuadra de práctica y eventualmente pasó a contribuir con el primer cuadro.   

"Me recuerda mucho a mi mismo," dijo Adams. "El entrenador (John) Lott se acercó a mi al inicio de la temporada baja y dijo, 'Me trajeron otro caballo gris.' "

El caballo gris en comparación con el azabache. Es un jugador que Lott juzga que tendrá una mejor oportunidad de quedarse en el equipo contra una posibilidad muy remota. Se trata sobre la ética de trabajo y querer aquello, y Green ciertamente parece tener ambos,  provisto de combustible por aquellos que le pasaron cerca.

Una vez estando en los vestidores de los Cardenales, Green sentía que estaba donde se suponía debía estar. Eventualmente, él dijo,  entiendo que ha llegado el momento de ponerse a trabajar. Para dejar de lado su pesar.

Pero se queda absorto, mientras imagina lo que será el campamento de entrenamiento y la experiencia de enfrentarse a recibidores de la talla de Larry Fitzgerald y Steve Breaston.

"Mientras permanezca en la liga, No importa qué contrato firme o cuanto consigo como pago," dijo Green, "Siempre voy a utilizar la situación del draft como motivación.

"Todos los días."

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