El mariscal Carson Palmer (3) y el receptor Larry Fitzgerald (11) felicitados por sus compañeros de equipo después que Cardenales vencieron a Rams en Los Ángeles para finalizar la temporada 2016.

Cuando una derrota en postemporada finalizó la temporada 2009 para Cardenales, la especulación sobre el posible retiro de Kurt Warner estaba en todo su apogeo.

Warner dijo lo que la mayor parte de jugadores en esa situación dicen. Necesitaba estar fuera de la temporada, alejarse del inminente dolor – tanto físico como emocional – del momento y contemplar su futuro.

"Lo que es más difícil es la preparación, las expectativas, la presión, físicamente cuando no estás saludable y debes manejar tu cuerpo," dijo Warner en aquel momento. "Todas esas cosas se llevan la emoción y la diversión que uno tiene con este deporte."

A medida que Cardenales y sus aficionados esperan la decisión del receptor veterano Larry Fitzgerald sobre si regresará o no en 2017 – y en menor medida, la del mariscal Carson Palmer – recuerdan que el proceso de Warner y sus palabras, son importantes.

No siempre se trata sobre la capacidad física de todavía poder competir, pero sí, con la edad, es un factor.

Fitzgerald dijo básicamente lo mismo en la recta final de la temporada, señalando que aún le encanta jugar en los partidos y sabe que todavía puede producir. Sus 107 recepciones este año – básicamente como la única amenaza consistente del equipo en la posición de receptor –demostraron eso.

Son los otros factores. El manejo del cuerpo. Es el trabajo duro – Fitzgerald estaba dejando en claro en Agosto exactamente que no le gusta el trabajo pesado del campamento de entrenamiento.

En contraste con Palmer, que ha dicho varias veces que todavía disfruta la preparación mental del juego y los entrenamientos. Es por eso que la cuestión del regreso de Palmer no es realmente una cuestión. El mariscal requiere que su cuerpo responda después de un poco de tiempo libre, sin embargo la expectativa es que eso ocurrirá y Palmer estará detrás del centro una vez más.

La situación de Fitzgerald es un poco más complicada. Es certeza virtual que requiera que Palmer juegue para que él quiera regresar. Incluso si Palmer juega, Fitzgerald todavía tiene una pausa entre seguir o no adelante. No es como si no hubiera expuesto ya ese pensamiento, por mucho más tiempo que en estos últimos meses.

Los números son lo que son – dijo a finales de la temporada que no jugaría lo suficiente como para alcanzar a Tony González para la segunda mayor cantidad de recepciones de todos los tiempos y está a sólo 200, lo que crea una imagen bastante clara del marco de tiempo restante en su carrera. Y mientras que Fitzgerald reconoció que extrañaría los cheques de pago (está programado para ganar $11 millones la próxima temporada), luego de haber ganado $140 millones de dólares en su carrera solo con Cardenales, aparte de todo lo que ha generado con los endosos. No requiere quedarse por dinero.

(Tampoco Palmer, con $156 millones generados durante su carrera.)

Fitzgerald está tras un Súper Bowl. Esa fue la razón de su enorme decepción después de la derrota por el campeonato de la NFC el año pasado, y porque necesita sentir que Cardenales tienen oportunidad de ganar si regresa. Para cuando requiera responder su pregunta sobre el 2017, sabrá con exactitud cómo se formará el plantel. Estaría demasiado lejos antes de la agencia libre y el draft. Podría tener una conversación con el gerente general Steve Keim sobre los planes del equipo, aunque se siente mucho más como que – Bruce Arians lo ha dicho ya – esta será una decisión profundamente personal para Fitzgerald.

Decir adiós es un paso bastante importante.

Un par de semanas después que Warner dijo que requería distanciarse un poco del juego para tomar su decisión, anunció su retiro. Había estado cerca de jubilarse después que Cardenales llegaron al Súper Bowl, y regresó para una oportunidad más.

Cardenales esperan que Fitzgerald también quiera hacer otro intento.