Nadie sabe con exactitud quĂ© tal serĂĄ Bruce Arians como entrenador en jefe, ni siquiera el mismo Arians. Es verdad, tuvo un tiro de prueba el año pasado con los Potros â Arians ganĂł los honores como entrenador del año en la NFL el año pasado por esa experiencia, asĂ que eso significa algo â pero esa etapa tambiĂ©n fue impulsada de cierta manera por la emociĂłn, en una situaciĂłn donde todavĂa era Chuck Pagano el encargado, incluso aunque Pagano no pudiera estar presente parte del tiempo.
Sin embargo, como se puede percibir en los comentarios que se hicieron hace un par de noches mientras Arians participaba en el evento NFL All-Access (NFL Acceso Total) en Los Ăngeles, la oportunidad de ver lo que Arians podrĂa ser como entrenador en jefe dadas sus cualidades interpersonales es intrigante. LlegĂł a este trabajo hablando de lo contundente que puede ser, y algo de eso pudo presenciarse en los entrenamientos de temporada baja. Puede enojarse seriamente si algo se hace de manera incorrecta, y no tiene ningĂșn problema en dejarles saber tal cosa a sus jugadores.
Cuando eso termina, sin embargo, se asegura de que es caso cerrado. Es emocional â tambiĂ©n aclarĂł ese punto sobre sĂ mismo â y no tiene ningĂșn problema en demostrarlo. Y no es sĂłlo en el enojo. TambiĂ©n en las lĂĄgrimas (ya se le vio quebrantarse mientras hablaba de su familia). Mientras Arians, obviamente, puede influir entre el personal, el hecho de que el gerente general Steve Keim tenga la Ășltima palabra crearĂĄ una buena separaciĂłn en esto. Arians se preocupan por sus jugadores, y esa es una ventaja, sin embargo, Keim puede tomar las decisiones difĂciles de ser necesario. Eso serĂĄ mejor con relaciĂłn a los jugadores (ÂżquiĂ©n puede olvidar a Anquan Boldin enojado porque Ken Whisenhunt estaba demasiado involucrado en la disputa de su contrato?) Ciertamente, Arians parece tener el tipo de personalidad que conducirĂĄ a los jugadores a apoyarlo de buena forma. Sobran jugadores con creencia que Ă©l ha dejado en su paso a travĂ©s de los años por IndianĂĄpolis y Pittsburgh, de seguro.
Todo sigue por ahora en el perĂodo de la luna de miel. Nada ha salido mal todavĂa y esa serĂĄ otra prueba para Arians y su personal. Pero con el campamento por iniciar la prĂłxima semana, se puede ver por quĂ© habĂa una creencia de que Arians pueden hacer el trabajo manejando una lista de jugadores llena de las diferentes personalidades y conducirlos a todos en una direcciĂłn.












