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Beanie Y Un Corazón Oscuro

La penalidad encendió el mejor día del novato – y un vistazo a lo que viene

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El corredor novato Beanie Wells observa como arrollar al defensor profundo de Seattle Josh Wilson durante la victoria de los Cardenales el domingo 31-20.
 
 
Ron Wolfley, analista de los Cardenales y ex jugador del Pro Bowl con el equipo de especialistas, utiliza la frase "un rostro pintado y un corazón oscuro."

La referencia es a un hombre listo para la batalla – algo así como "Bravehart" (el de la película Corazón-Valiente) – sin considera al enemigo. Wolfley fue el mismo un hombre con corazón oscuro durante sus días como jugador.

Y Wolfey ve eso en Beanie Wells.

Ahora, es importante recordar que el corredor novato de los Cardenales se encuentra casi siempre sonriendo. Él Sonríe en los vestidores, en el campo de entrenamiento, en la banca. Pero durante el partido –durante la victoria del domingo 31-20 sobre Seattle – Beanie se transfiguró.

Se transformó en la bestia que el público vio, alguna vez, como el mejor corredor colegial a principios del 2008, antes de que Knowshon Moreno y Donald Brown lo aventajaran en el draft y antes de que el público cuestionara sobre su durabilidad. El se convirtió en una selección No. 1 del draft que posee uno de los mejores brazos de contención en la NFL y quien ya retumbó con dos touchdowns claves frente a los Halcones Marinos.

Posiblemente fue su oscuro corazón el que provocó que Wells fuera sancionado con 15 yardas por una falta personal el domingo que al parecer encendió su juego.

"Eso fue terrible," expresó Beanie después del juego, la sonrisa había regresado a su rostro. "Es la primera vez que pierdo mi compostura de esa manera en juego de futbol desde que tenía 8 años de edad."

Una riña luego de concluida la jugada entre Beanie y el safety de los Halcones Marinos Deon Grant escaló hasta los manotazos de ambas partes, el último fue la aparatosa mano de Wells en la careta protectora de Grant justo frente al réferi. En ese momento, dio la impresión de que sería muy costoso para los Cardenales que estaban debajo en el marcador 17-10, y que habrían conseguido un primero y diez en la yarda 4 en terreno de los Halcones Marinos.      

Beanie pudo haber sido el cordero sacrificado. Pero cuatro jugadas más adelante, era Wells el que emergía detrás de una línea ofensiva sólidamente condensada en situación de cuarta oportunidad y 1 yarda por conseguir, para anotar un touchdown en corrida de 10 yardas. La misma que finalizó estrellando frenéticamente el balón contra el pasto. 

A partir de ahí, solo a mirar hacia adelante. Y atenerse a las consecuencias de un corazón oscuro.

Wells obtuvo 85 yardas por tierra, dos touchdowns y 32 yardas por pase en dos atrapadas el domingo. Todo menos 16 yardas por acarreo vinieron después de la penalidad de tal manera que  Wells corrió con un propósito. "Le comenté que se había auto-redimido más o menos," expuso el entrenador en jefe Ken Whisenhunt.

Su touchdown en corrida de 13 yardas –  fue a final de cuentas los puntos que concretaron el triunfo – fue la jugada decisiva. Por el centro, Wells superó a al linebacker David Hawthorne, que nomas lo vio pasar. Girando, Wells dejó postrado a Grant – cobrando casualmente una deuda – antes de llevarse por delante con un golpe al safety Justin Babineaux para entran en la zona de anotación.  

"No querían golpearlo directamente, porque honestamente el ha roto caretas protectoras de los rivales cuando corre sobre ellos," dijo el receptor abierto Larry Fitzgerald. "Son 230 libras en movimiento a 4.4, eso está macizo. Yo prefiero sacar mis narices del camino."

Beanie remató con una recepción de 23 yardas y una corrida de 29 yardas en la siguiente posesión de los Cardenales, las jugadas clave durante el avance que culminó con el touchdown que selló el triunfo.

El mariscal de campo Kurt Warner quedó impresionado. El escuchó a alguien comparar a Beanie – algo un tanto ocurrente – con el ex jugador más valioso Marshall Faulk, y mientras Warner no quería meterse con eso, comentó que Wells era como Faulk, un gran beisbolista jonronero.   

"Estamos frente al verdadero Beanie Wells," comentó Warner. "Es divertido verlo en acción."

Es demasiado rápido para comparar a Beanie con cualquiera, para ser honestos. Sus 85 yardas, y 16 acarreos, son los más altos en su carrera pero son relativamente modestos. Él continúa compartiendo jugadas con Tim Hightower. Sin embargo nadie niega que el mejor juego de Wells para iniciar la segunda mitad de la temporada traiga a la memoria al seleccionado No.1 del draft 2008, el esquinero Dominique Rodgers-Cromartie, quien también empezó a sobresalir justo a la mitad de la temporada el año pasado. 

"Beanie agrega otra dimensión a esta ofensiva," dijo el receptor Anquan Boldin.

Wolfey vinculó su frase a Wells durante el partido de Chicago, cuando las cámaras de televisión hicieron una toma cercana los ojos de Wells mostraban a un hombre con serias intenciones luego de haber irrumpido en corrida de 26 yardas.  El apodo se utiliza con reverencia, y de alguna manera encumbra a Wells a un nivel mítico.

Un poco de rimbombancia no lastima a nadie.

Pero mientras él produzca como lo está haciendo, los Cardenales no se preocupan lo que hace a Beanie Beanie – ya sea (normalmente) su perpetua sonrisa, o su oscuro corazón.
 
 
 

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