Ya en el 2008, a Bertrand Berry se le pidió que aceptara una reducción salarial para permanecer con los Cardenales. Decidió hacerlo. En el 2012, se le pidió a Adrian Wilson que aceptara una reducción salarial para permanecer con los Cardenales. Así lo hizo (y eso no lo salvó de ser recortado después de la temporada). El único apalancamiento que cada uno de estos jugadores tuvo era decir: "Me voy" si no les gustaba la oferta. No es lo ideal, pero esa es la realidad.
Ahí es donde nos encontramos con Larry Fitzgerald y los Cardenales. Esta no es una sorpresa, no con un cifra de $23.6 millones contra el tope salarial, un salario actual programado en $8 millones y una bonificación por permanecer en la alineación de $8 millones a pagarse en aproximadamente un mes. No con los Cardenales, incluso con un remanente de $4.2 millones en el tope salarial del año pasado para ajustarse a la proyección del tope salarial de $140 millones para el año 2015, con cerca de $11 millones por encima del tope a estas alturas (de acuerdo con ESPN) y con la necesidad de llegar o al menos aproximarse antes de Marzo 10. Independientemente de las cifras específicas, los Cardenales necesitan recortar algo de dinero del tope salarial.
Una vez más, nada de esto es nuevo.
Siendo honestos – luego de escuchar la entrevista de Michael Bidwill el miércoles por la mañana en el programa "Doug y Wolf" por Arizona Sports 98.7 no hubo nada que destacar. Cuando hablaba de traer de regreso a Fitzgerald y la elaboración de un contrato, no son las cosas que uno está esperando escuchar.
En un momento dado, Bidwill dijo "se requiere de dos" para llegar a un acuerdo. Esto levanta cejas. ¿Pero debe hacerlo? En algún momento, los Cardenales y gerente general Steve Keim querrían tomar las riendas del tope salarial, y eso iba a comenzar con el contrato actual de Fitzgerald. Se pensó por un momento que pudo incluso haberse presentado la pasada temporada baja, pero en cambio, los Cardenales — y Fitzgerald —patearon la lata a lo largo del camino por una temporada con una simple reestructuración para comprar espacio en el tope salarial. Hemos llegado a la etapa de retira-la-curita-limpia-el-escenario con relación a eso.
Hay 10 receptores en este momento promediando por lo menos $9 millones en sus contratos. Sólo tres — Calvin Johnson, Jordy Nelson y tal vez Vincent Jackson, dado todo espacio en el tope de los Bucaneros — que son serios candidatos a renegociar/reestructurar/ser despedidos esta temporada baja (y Johnson, con todo lo bueno que es, enfrentará esa situación en el próximo año o dos, debido a sus cifras contra el tope salarial.) la situación de Fitzgerald, sobre todo en su posición, no es única.
De la misma manera que Berry y Wilson, el balón estará en la cancha de Fitzgerald, básicamente. Sí, hay cantidades salariales para figurarse — como suele suceder — pero los Cardenales no van a cambiar su proceso de pensamiento. A Carson Palmer se le pidió hacer algo similar en Oakland; él se negó y fue canjeado a Arizona. Tal vez eso es lo que Fitzgerald querrá hacer. Tal vez un nuevo acuerdo funcione para él, y tal vez los otros beneficios a nivel personal al permanecer en Arizona hagan que valga la pena llegar a un acuerdo. Tal vez una oportunidad diferente sea más intrigante, o tal vez los números simplemente no sean lo suficientemente buenos, y Fitzgerald se apalanca en lo que tiene. Pero en realidad no hay ángulos nuevos con relación a eso. No es difícil de analizar.