No fue una gran temporada para John "Smokey" Brown.

Sufrió una conmoción cerebral en el campamento de entrenamiento, eliminando prácticamente su pretemporada. No lució mucho como solía hacerlo una vez que la temporada inició, aunque no se trataba de la conmoción cerebral, sino de las cuestiones relacionadas con sus células falciformes, lo que causó problemas en las piernas y le robaron su destreza y velocidad. Terminó teniendo su peor año como profesional (39 atrapadas, 517 yardas, dos touchdowns), como comentó el entrenador Bruce Arians de cara a la temporada baja Brown y el equipo seguirán buscando formas para manejar la condición de Brown y llevarlo de regreso a donde estuvo en 2015 cuando fue receptor de 1,000 yardas.

Claramente, Smoke siente que puede regresar a ese nivel. Publicó en Instagram "me dejaron fuera después de una mala temporada," algo que ciertamente es un mensaje de irritación si no es que de disgusto. Esta es la clase de cosas que un jugador dice y hace cuando está motivado a probar que otros están equivocados. Cardenales requieren de Brown. Lo requirieron esta temporada pasada, aunque definitivamente lo requerirán el año que viene, sin Michael Floyd (y, en este momento, con el estado de Larry Fitzgerald por determinar.) Sin duda suena como que puede maniobrar su camino para sobreponerse a sus problemas de células falciformes y ser el jugador que ya ha demostrado que puede estar a nivel NFL. Algo que sería genial para todos los involucrados.