A pesar de los resultados del 2010, los Cardenales estĂĄn todavĂa en medio de su mejor jornada futbolĂstica desde que se mudaron a Arizona â la que, por supuesto, coincide con la contrataciĂłn de Ken Whisenhunt como entrenador en jefe.
Se presentĂł con relativa rapidez. Dennis Green fue despedido un dĂa despuĂ©s que la temporada 2006 terminĂł, y aunque los jugadores hicieron su debida diligencia asumiendo su culpa, los propietarios tenĂan una idea muy clara de cĂłmo se habĂan desenvuelto los Cardenales â dejaron ir a Green, pero le extendieron el contrato al gerente general Rod Graves y bĂĄsicamente argumentaron que la alineaciĂłn era lo bastante buena como para ganar, independientemente de quiĂ©n serĂa el nuevo entrenador.
Whisenhunt fue uno de los primeros candidatos en entrevistarse con los Cardenales â entre los otros candidatos se encontraban el nuevo entrenador de la Panteras Ron Rivera y el actual entrenador de los Potros Jim Caldwell â y cuando Whisenhunt se presentĂł por primera vez, Bill Cowher no habĂa renunciado todavĂa (eso vendrĂa un dĂa o dos mĂĄs tarde, y Whisenhunt se perfilaba como posible reemplazo) y los Halcones aĂșn lo estaban considerando. Para el tiempo en el que Russ Grimm se presentĂł para su entrevista, Cowher ya habĂa renunciado y Grimm tambiĂ©n era una posibilidad para los Acereros.
Finalmente, los Acereros se movieron en una direcciĂłn diferente y Whisenhunt regresĂł para una segunda entrevista, junto con Mike Sherman (quien se convirtiĂł en entrenador en jefe universitario). Circularon rumores de que los Cardenales querĂan a Sherman, pero eso nunca ocurriĂł de hecho, los Cardenales insistieron en que Whisenhunt se habĂa convertido en la mejor opciĂłn. A menos de dos semanas de que Green habĂa sido despedido, Whisenhunt fue nombrado el nuevo entrenador y, como dijo el aquel entonces tackle Reggie Wells, los Cardenales "podrĂan pasar a la siguiente fase."
Cuando se iniciĂł el proceso, los Cardenales eran probablemente los terceros en la lista de Whisenhunt. Ăl fue considerado, despuĂ©s de todo, para la posiciĂłn con los Halcones y el es de esa ĂĄrea, y fue considerado para la posiciĂłn con los Acereros, donde ya llevaba seis años. Pero insistiĂł en que luego de considerar todos los detalles, le gustĂł lo que los Cardenales tenĂan para ofrecerle a un nuevo entrenador. Ăl no vino a suponer posibles victorias en postemporada (como su antecesor) sino una confianza serena, diciendo, "no estamos tratando de cambiar el mundo." Sus jugadores claves, parte del proceso en las charlas con Whisenhunt un tiempo atrĂĄs, estaban involucrados.   Â
MĂĄs adelante, bajo la direcciĂłn de Whisenhunt, los Cardenales lograron algo sin precedentes, el aspecto mĂĄs importante de la contrataciĂłn. Y la razĂłn que demostrĂł que la decisiĂłn habĂa sido la correcta.











