El pateador de los Raiders Sebastian Janikowski (izq.) y el tackle defensivo de los Cardenales Darnell Dockettt ambos experimentando la emoción por el gol de campo que falló Janikowski resultando en una victoria de Cardenales 24-23 el domingo.




Habían pasado cerca de 15 minutos desde que el intento de gol de campo de 32 yardas del pateador de los Raiders Sebastian Janikowski se había desviado hacia la izquierda, otorgando un improbable triunfo de 24-23 a los Cardenales el domingo, cuando se le pregunto al entrenador en jefe Ken Whisenhunt si ese tipo de finales  tan locos iban a ser de rutina para su equipo.

"Que están tratando de conseguir – ¿torturarme?" preguntó Whisenhunt.

El juego habría podido ser doloroso para los Cardenales, pero no lo fue. Fue una victoria, y como Whisenhunt añadió, "sí salimos con un triunfo, siempre lo aceptaré."

El juego comenzó con el  regreso de 102 yardas de una patada de entrega para touchdown por LaRod Stephens-Howling – en el proceso y gracias a una promoción, Dave Johnson de la ciudad de Surprise Arizona se ganó una casa --  y casi termina con una controversial penalización por interferencia en un pase de 39 yardas para el esquinero de los Cardenales Dominique Rodgers-Cromartie.     

Pero después de un par de jugadas por tierra, Janikowski – quien también falló de 58 y 41 yardas, pero que concretó goles de campo de 22, 54 y 23 -- entró para sellar el destino de los Cardenales.

Entonces falló.

"No pienso que esto (la victoria) era inesperado," dijo el linebacker Joey Porter. "Pienso que los superamos. Él falló la patada, y eso es parte del juego. No está garantizado que lo va lograr solamente por estar tan cerca como estaba."

Ese es el optimismo que los Cardenales necesitan actualmente.

Había positivos, como el corredor Beanie Wells que regresó para ganar 75 yardas en 14 acarreos. Porter colectó su primera captura como Cardenal, el safety Kerry Rhodes tuvo su mejor juego desde que llegó con 10 tackleadas y el linebacker Paris Lenon consiguió una captura y una intercepción en un mismo juego por primera vez en su carrera.   

Defensivamente, los Cardenales solo permitieron un touchdown en la zona roja de las cinco llegadas que tuvieron los Raiders (1-2), incluyendo un sólido e impresionante trabajo en el cuarto periodo cuando los Raiders iniciaron con primera y gol en la yarda 1 de Arizona.

El elemento de trabajar sobre la marcha no ha desaparecido, y por lo pronto no lo hará. La gran jugada de Stephens-Howling en equipos especiales fue de contrapeso cuando los Cardenales permitieron no en una sino en dos ocaciones – asombrosamente – que la patada de despeje de Oakland que tocó tierra, rebotara y golpeara a un jugador de Arizona, creando volteretas a favor de los Raiders. Y con la oportunidad de cuajar el juego al final, un pase de Derek Anderson a Steve Breaston en tercera y 5 se le escapó de las manos a Breaston, poniendo de nuevo el balón en las manos de Oakland para su trayectoria final.

"Somos mejor equipo que eso," dijo Breaston. "Necesitamos encontrar una identidad y la debemos encontrar rápido."

En el avance final, los Raiders convirtieron en tercera-y-9 y luego, con los aficionados gritando en cuarta-y-10 y Oakland en su propia yarda 36, los Cardenales no pudieron presionar al mariscal de campo Bruce Gradkowski quien encontró a Darriues Heyward-Bey para una ganancia de 12 yardas.

Como Janikowski ya había conseguido un gol de campo de 54 yardas temprano en el partido, los Raiders no tenían que ir muy lejos para tener un intento legítimo. Sin embargo, se aproximaron mucho más, cuando en la próxima jugada Gradkowski lanzó a lo profundo a Heyward-Bey y Rodgers-Cromartie fue objeto de un pañuelo amarillo en la yarda 13 en territorio de Arizona.

"Estábamos corriendo a lo profundo del campo y algunas veces sucederá así," comentó un obviamente frustrado Dominique Rodgers-Cromartie, desechando la idea de que es algo aceptable luego de conseguir el triunfo. "Sigue siendo una marcación de interferencia en el pase. Cosas como esas no deben suceder."

Dos corridas prepararon el último intento, pero Janikowski no pudo concretar.

"Dio la impresión que la mecánica fue buena todo el día, en términos de entrega y colocación," dijo el entrenador en jefe de los Raiders Tom Cable. "Se sentía bien antes del juego, sentía que traía mucha pierna. Terminó fallando tres veces."    

Los Cardenales están bien con eso.

"Nos salvamos y tuvimos suerte," dijo el receptor Larry Fitzgerald, "pero una victoria es una victoria."

Fitzgerald solo tuvo dos atrapadas (para 26 yardas) pero atrapó el que resultó ser el touchdown ganador del juego. El juego por pase siguió siendo inconsistente – Anderson se fue con 12-de-26 para 122 yardas, dos touchdowns y una intercepción – pero además provocó tres marcaciones por interferencia en el pase contra los Raiders.

Los Raiders terminaron con 11 penalidades para 123 yardas, los Cardenales con siete para 104.

El corredor de Oakland Darren McFadden sumó 105 yardas por tierra en 25 acarreos. Gradkowski se conectó en 17 de 35 pases para 255 yardas, un touchdown y una intercepción – con los Cardenales fallando en quedarse con otras posibles intercepciones.

"No nos hemos unido en todas las fases todavía," dijo Porter. "Estoy impaciente por ver como ese equipo puede lucir."  

Por ahora, indiscutiblemente hay cosas que mejorar. Pero los Cardenales aún lucen como un equipo en el primer lugar  de la división, y ellos así lo asumen, especialmente después del recorrido del domingo saturado de bruscas subidas y bajadas.

"No sabía si mi corazón iba a aguantar," dijo Whisenhunt.